La primera vez que se oye hablar de los baños de hielo puede dar mucho miedo, pero con la actitud y la preparación adecuadas puede ser una experiencia increíblemente gratificante y refrescante. Tanto si desea mejorar su recuperación, reforzar su sistema inmunológico o simplemente probar algo nuevo, es importante empezar bien. Aquí tienes una guía paso a paso para iniciarte en los baños de hielo como principiante.
Lo que debes recordar es que tienes que prepararte mentalmente.
El baño helado requiere tanto fuerza mental como resistencia física. Es normal sentir resistencia ante la idea de meterse en agua helada, pero recuerde que puede superar este reto. Respira hondo y concéntrate en tu objetivo: sentirte más fuerte y con más energía después.
Luego está la cuestión de elegir el lugar adecuado y disponer de un buen equipamiento.
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Inicio: Llena tu bañera de agua fría y añade cubitos de hielo para bajar la temperatura a unos 5-15°C.
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Barril para baño de hielo: Si te tomas en serio los baños de hielo, puedes invertir en un barril especial para baños de hielo que te permita regular fácilmente la temperatura.
Entonces, ¡empieza despacio y ve aumentando gradualmente!
Si eres principiante, no tienes que sentarte en un baño de hielo durante 10 minutos. Empieza con 1-2 minutos y ve aumentando gradualmente el tiempo a medida que te acostumbres. Escucha a tu cuerpo: es importante no excederse.
Concentrarse en la respiración y el movimiento durante el baño helado
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La respiración. Piensa que deberías Concéntrate en una respiración tranquila y controlada. Inspirar profundamente por la nariz y espirar lentamente por la boca puede ayudarte a hacer frente al frío.
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Muévete Debes mover ligeramente los brazos y las piernas para mantener la circulación sanguínea, pero evita el movimiento excesivo, ya que puede empeorar las molestias.
¡Entonces calienta! ¡No se detengan!
Después del baño de hielo, es importante calentar el cuerpo de forma controlada. Sécate bien y ponte ropa de abrigo. Después, ¡a moverse!
Sé constante. Un poco, a menudo, pero mejor muy de vez en cuando.
Para experimentar los beneficios para la salud de los baños de hielo, debes pensar igual que cuando empezaste a entrenar: la disciplina y las sesiones regulares son la clave. Así que empiece de 1 a 3 veces por semana y cúmplalo. Ajusta la frecuencia en función de la respuesta de tu cuerpo.
¡Escucha también a tu cuerpo!
Los baños de hielo no son para todo el mundo y es importante respetar los límites de su cuerpo. Si tiene problemas cardiacos, de tensión arterial u otros problemas de salud, consulte a un médico antes de darse un baño de hielo.
Consejos para empezar con buen pie
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Empieza en verano o primavera, cuando el frío es más soportable.
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Trae a un amigo para que te apoye: puede hacer que la experiencia sea más divertida y menos aterradora.
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Celebra tus progresos, por pequeños que sean. Cada baño helado es una victoria.
Un baño de hielo es más un viaje interior que una competición de Instagram. ¡Aunque a veces parezca lo contrario...! Pero si empiezas poco a poco y sientes cómo aumenta tu resistencia, pronto te darás cuenta de por qué tanta gente habla de los beneficios de los baños de hielo.
Resumen sencillo: ¡pruebe los baños de hielo hoy mismo, y empiece con cuidado!